Datos Historicos sobre la Creacion del Municipio

Datos Historicos sobre la Creacion del Municipio



Fue fundado en 1689; en el recuento de población de 1791 era cabecera de curato; el 14 de abril de 1861 se le dio categoría de municipio con el nombre ale San José de Siguatepeque.

Se le dio el título de ciudad el 9 de abril de 1926, con el nombre de Siguatepeque.

El 12 de noviembre de 1940 se crea el Distrito Local de Siguatepeque, compuesto por el municipio de Siguatepeque. En 1957 se devuelve la autonomía municipal.
El origen de su nombre significa: "CERRO DE LA MUJER"
SITUACION: Está situado en la altiplanicíe de su nombre a la margen derecha del Río Uluita. LIMITES: Al Norte, Y municipios de Meámbar y Santa Cruz de Yojoa; al Sur, municipios Jesús de Otoro y Comayagua; al Este, municipio El Rosario y al Oeste, municipios Jesús de Otoro y San José de Comayagua.

EXTENSION TERRITORIAL: 606.5 Km².
FERIA PATRONAL: El 25 de enero, día de San Pablo.
ALDEAS: 38
CASERIOS: 68
POBLACION: 59.606



Historia

el actual emplazamiento de siguatepeque era habitado por indígenas de la etnia lenca que vivían en casas de paja en la rivera de ríos y riachuelos. de este grupo humano asi como de las etnias mayas han sido hallados unos utensilios como piedras de moler, vasijas, jarrones, ollas, objetos de adornos para salas, imágenes de ídolos de diferentes formas y tamaños.

según el padre Vallejo, Siguatepeque se cree fue fundada inicialmente por indios  de origen lenca, por el año de 1689 y ya para el año de 1788 , Siguetepeque formaba parte de un cuarto de seis cofradías y contaba con las siguientes aldeas: Jaitique, Meambar y Taulabe el libro de registros mas antiguos de la época que se ha encontrado  data de los años 1850, formando este parte del archivo de la municipalidad el 14 de abril de 1861  se le dio a siguatepeque la categoría de municipio del departamento de comayagua, inicialmente se le dio en nombre de San Jose de Siguatepeque para el año de 1889 pierde como municipio la aldea de Meambar la que se constituye a la vez como municipio ese mismo año (1889), Siguatepeque se convierte en capital religiosa del país , al instante en el lugar el obispo de Honduras Fray Manuel Francisco Velez quien había adquirido el inmueble del que fue el antiguo edificio del instituto Genaro Muñoz Hernández el cual era en esos tiempos casa de retiros para los sacerdotes de su parroquia. 


Los verdes pinares de los bosques de Calanterique y Calán, la cordillera de Montecillos y la montaña de Comayagua hacen de la meseta de Siguatepeque una ciudad con benigno clima y de gente de singular encanto. Siguatepeque está de fiesta con su veintiséis edición del Festival del Pino, que fue creado en 1975 por Ramón de Jesús Sabillón cuando fungía como alcalde. Ahora sus 70 mil habitantes aproximadamente lo festejan con gran algarabía. El crecimiento de este poblado es evidente gracias a su producción agrícola e industrial que abastece a casi todo el país.

Las jugosas frutas, frescas verduras, perfumadas flores, ricos alcitrones, crujientes rosquillas y buenos restaurantes hacen que el viajero haga un alto en esta ciudad, donde además de satisfacer su paladar puede respirar aire puro en un clima embriagador.

Aquí la industria ha dado sus pasos y la talabartería es una de las más crecientes, tal como lo demuestra Néstor Armando López y su hermano gemelo que desde hace ocho años se dedican a este trabajo artesanal al utilizar todo tipo de cueros como napa, nubo, catracho, vaqueta, gamuzón y gamuza para la fabricación de fajas, billeteras, monederos, mochilas y maletas que surten el mercado local y también las zonas cercanas.
La cestería es otra de las actividades a la cual le ponen especial enfásis y abundan en la carretera los lugares de venta. Eugenio del Cid y su hija Esmeralda de lunes a viernes se dedican a esta labor, el sábado y domingo descasan por costumbre religiosa.
Este oficio se hace por verdadera vocación pues lleva su costo. Se inicia el tejido al escoger las varillas de forma circular conocidas como gimili, se cortan por la mitad, se raspa y se le saca el corazón y cuando ya están todos los parales se forma el armatoste con las hebras del mismo bejuco. Para darle un toque especial se pinta la canasta casi siempre con líneas rojas, según explicaron Eugenio y Esmeralda, quienes viven a la orilla de la carretera para dedicarse a su trabajo desde tempranas horas de la mañana hasta el oscurecer.
Para un total relajamiento y un encuentro espiritual entre los verdes pinos está el Centro San Francisco, donde muchos llegan a disfrutar de las bondades del clima y de la calidad humana de este pueble en vacaciones o un fin de semana. Este centro ubicado en el noroeste de la ciudad es de total esparcimiento y el visitante recibe las finas atenciones de su directora Reina Felissa Pineda.

Sigua como le dicen los lugareños, tiene mucho que ofrecer y ahora que está de feria las diversiones son a granel. Por ejemplo un campamento organizado por Siguacamp, campamentos ambientales de Siguatepeque, que dirige Welbin Castro, es propio para que los jóvenes tengan una sana recreación, fuera del bullicio citadino.







7 comentarios:

  1. Interesante información sobre los orígenes de nuestra ciudad. Podemos apreciar el esfuerzo y colaboración de la iglesia católica para volver de esta ciudad un lugar próspero y acogedor. Es una pena que los grupos nativos de la misma desparecieran con el paso del tiempo.

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  2. Interesante y muy buena información les felicito

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  3. Interesante y muy buena información les felicito

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  4. Muy interesante todo... Les felicito esta muy bueno e interesante

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  5. Excelente trabajo muy bueno les felicito

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